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Fotografiando el Café: Más que un Retrato, Una Historia en el Fregadero

Ayer, mientras tomaba un café con un alumno en Hong Kong, surgió un reto inesperado. "Cuando llegues a casa", me dijo, "tendrás una hora para hacer un retrato de una taza de café". Un desafío tan simple como complicado. No solo era cuestión de fotografiar algo cotidiano, sino de hacerlo diferente, de contar algo más allá de la estética publicitaria de una taza humeante.


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El reto tenía sus límites: el tiempo. Desde que salí de Hong Kong hasta llegar a casa, entre el viaje en barco y un paseo posterior, tuve alrededor de una hora y pico para pensar en la idea. Durante ese trayecto, confieso que estaba nervioso. ¿Qué podía hacer que fuera único? ¿Cómo evitar caer en lo genérico? Lo que al principio parecía un ejercicio sencillo se convirtió en una pequeña presión creativa.


El Café y el Trabajo: La Idea Detrás de la Foto

Una vez en casa, y con el café ya preparado, me enfrenté a una verdad evidente pero poco romántica: mi café diario no solo me da energía, también me da trabajo.

El café es una rutina indispensable en mi día. Después de mi entrenamiento matutino -que comienza a las 6 de la mañana-, lo primero que hago al llegar a casa, alrededor de las 9:30, es prepararme un café vietnamita de grano. Me encanta. Es casi un ritual. Pero, como todo ritual, deja huella: la cafetera sucia, la taza, el fregadero… y yo, limpiándolo todo.


Ahí estaba mi historia: el café no es solo energía, es también responsabilidad. 


La belleza de los momentos cotidianos no está solo en lo que disfrutamos, sino en lo que dejamos atrás al hacerlo. Y eso fue lo que intenté capturar en esta foto.


La Foto: Una Taza en el Fregadero

La imagen que ves es el resultado de ese reto. No es la típica foto de una taza perfecta, humeante, con luces suaves y un fondo cuidadosamente elegido. Es, en cambio, el retrato de la realidad tras el café.


El fregadero, la cafetera sucia, la esponja y un chorro de agua que da vida (y al mismo tiempo, limpia el desorden). Todo en blanco y negro, porque quería despojarlo de cualquier distracción de color y centrarme en las texturas, las formas y el contraste entre el caos de los objetos y la calma del agua cayendo.


El Proceso Creativo: A Contrarreloj

Lo más interesante de este ejercicio fue la limitación del tiempo. Tener solo una hora para pensar, componer y disparar una idea me obligó a simplificar y centrarme en lo esencial. No hubo espacio para complicarme con técnicas avanzadas o planificaciones largas.


¿Podría haber hecho algo mejor con más tiempo? Seguramente. Ahora se me ocurren muchas otras ideas:

  • Te las contaré cuando las haga


Pero, en ese momento, no había tiempo para pensar demasiado. Lo que me salió fue esto, una foto sin pretensiones, pero con una idea clara.


¿Qué Es lo Que Nos Da el Café?

El café nos da energía, claro, pero también nos da esos pequeños momentos de pausa, de rutina, de conexión con nosotros mismos. Al mismo tiempo, nos recuerda que hay un precio por disfrutarlo: limpiar, recoger, ordenar. Y todo eso forma parte de su historia.

Esta foto no es un anuncio de cafetería. No busca ser bonita ni perfecta. Busca ser honesta. Y eso, creo, es lo que la hace interesante.


El Reto Para Ti: ¿Cómo Fotografiarías el Café?

Ahora quiero devolverte el reto. Si tuvieras una hora para fotografiar una taza de café, ¿cómo lo harías? ¿Qué historia contarías?


Quizá te centres en el momento de prepararlo, en el humo que asciende, o en el reflejo de la luz en la superficie del líquido oscuro. O tal vez vayas más allá de lo obvio, como intenté hacer yo, y explores las huellas que deja el café en tu día a día.

Sea cual sea tu enfoque, me encantaría leerlo. ¿Qué harías tú para que la foto de una taza de café no pareciera un anuncio?


Te leo. 😊


 
 
 

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