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La foto es la prueba, el texto es la puta lección

La calle no es un escenario. Es un ring de boxeo.
Soy el puto cabrón que se sienta en primera fila para ver la sangre de cerca.

Sobre mis fotos

Soy un fotógrafo autodidacta. Un observador nato.
Mis fotos no son bonitas. Son putas cicatrices.
Interesantes, a veces.
Bellas, nunca.

No me preocupa la puta "hora dorada".
Disparo en automático el 99% del tiempo porque la vida no espera a que configures el puto ISO.
La perfección técnica es una mentira para vender cámaras.


He dado talleres en media Asia a gente que sabe mil veces más que yo.
¿Qué les enseño? No a usar una cámara. Les enseño a usar los ojos. A dejar de hacer postales y empezar a dar su puta opinión con una imagen.


No sé editar.
Y quizá me muera sin aprender.
Mi trabajo no es retocar la realidad, es arrancarla en crudo.

Sobre mis textos

La gente empezó a venir por las fotos y se está quedando por las palabras.
¿Por qué?
Porque aplico la misma puta regla: sinceridad brutal.

Soy un escritor autodidacta.
Como con la cámara, nadie me dijo cómo hacerlo, así que lo hago a mi puta manera.
Mis textos no son bonitos. Son putas confesiones.

Aprendí a escribir con el cerebro en llamas, vomitando la verdad en un papel.
El hachís me enseñó a sangrar, y descubrí que la tinta engancha más que el humo.

No uso metáforas de mierda.
Si algo es una putada, escribo "putada".
Si algo me toca los cojones, lo digo.
No estoy aquí para susurrarte al oído, estoy aquí para gritarte a la cara lo que nadie se atreve a decir.

¿ENTONCES, QUÉ COÑO HAGO?



Simple.
La foto es el disparo. El texto es la bala entrando en la carne.

La foto te enseña la herida.
El texto te cuenta la puta pelea que la provocó.

La foto es la prueba de que estuve allí.
El texto es la puta lección que aprendí mientras apretaba el disparador.

Bienvenido a mi Blog

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