Para que la experiencia sea aún más completa, junto a tu fotografía recibirás, sin ningún coste, un ejemplar de mi libro. Es mi forma de agradecerte por llevarte un trozo de mi mundo a tu casa.
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Soy el tipo más guapo que conozco. Y punto.
Esos son mis gustos.
Tú tendrás los tuyos.
Pero si no estoy en tu top 3 de personas más atractivas, el que tiene un problema de vista eres tú.
 
Porque ser guapo no es una puta lotería genética.
Ser guapo es una decisión.
 
Nacer guapo es jugar la partida en modo fácil.
Un regalo de tus putos ancestros de cara simétrica.
No tiene mérito.
Hacerse guapo partiendo de la fealdad...
eso, joder, eso es forjar tu propia puta estatua a martillazos.
 
Y yo vengo de la puta cantera.
 
Crecer a la sombra de un puto dios griego es jodido.
Mi amigo Dani era el más guapo, el más alto y el más fuerte.
Hoy es diez mil veces campeón del mundo en las olimpiadas de bomberos.
¡Ole sus cojones!.
Un puto superatleta.
Pero esta historia no va de él.
Va de mí.
Ya sabes que si no se habla de mí no me interesa el tema
 
Nadie se fijaba en mí.
Ni en el instituto, ni en mi familia, donde los piropos se los llevaban los primos guapos.
Ni con los colegas, donde todas las chicas iban a por el de siempre sin currárselo
 
Vives rodeado de putos adonises y tú eres el extra de la película.
Sujetacubatas.
El complejo te empieza a comer por dentro como el puto óxido.
 
Y entonces, un día, lo vi.
La revelación.
 
En mi pueblo había un tipo.
Feo.
Pero no feo de "tiene la nariz grande".
No.
Feo de cojones.
Un puto orco.
De familia de orcos.
Los veías venir de lejos y pensabas que se había escapado una manada de jabalíes.
 
Pues ese CABRÓN.
Siempre estaba rodeado de las tías más guapas
Se partían el culo de risa.
Lo miraban como si fuera el puto Brad Pitt.
 
Porque el cabrón no caminaba, bailaba.
No hablaba, te envolvía.
A su lado, todo el mundo se lo pasaba de puta madre.
 
Y lo entendí.
Aquel cabrón no era guapo.
Era mucho mejor: era la puta fiesta.
 
Y ese día, con el complejo arañándome las putas tripas, tomé una decisión.
¡qué se mueran los guapos!
 
A partir de hoy, el guapo soy yo.
 
Porque la belleza no es la puta simetría de tu cara.
Es la actitud con la que la llevas.
Es el carisma.
Es decidir que el protagonista de tu puta película eres tú.
 
El guapo de mi vida soy yo.
Y si no te gusta, tienes dos problemas: el tuyo y aguantarme a mí.