El Beso al Ciclista
- Miguelitor

- 6 nov
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A mí, de pequeño, me gustaba ver ciclismo en la tele.
Lo prefería a la mierda de las películas de sobremesa.
Me gustaba ver el esfuerzo.
El sufrimiento.
Y, vale,
también me gustaba ver cómo dos chicas guapas besaban al ganador.
Pero una cosa siempre tuve clara:
si yo fuera una de esas chicas,
besaría al ciclista su tía Angelines.
Porque yo no estoy ahí para eso,
aunque esté en el contrato.
¿Pero por qué cojones tengo que besar yo a un ciclista?
Darle un ramo, perfecto:
“Felicidades, campeón.”
“Machote.”
Pero besarlo después de 300 kilómetros sudando
me apetece menos que una patada en los riñones.
Entiendo que viene de hace años.
Tradición, protocolo, lo que quieras.
Pero joder, que estamos en 2025
y se sigue haciendo igual.
Una chica a la izquierda,
otra a la derecha,
y el ciclista con cara de melón en el medio.
Con dos cojones.
Si yo fuera el ganador, lo cambiaría.
Les daría la mano.
Fuerte, como un tío.
“Me llamo Miguel, y he ganado.
Y no quiero tu beso —no por mí,
sino por ti.
Porque tú estás a 300 kilómetros de querer besarme ahora.
Tú estás en la línea de salida,
y yo ya he llegado.”







Ahora sí que sí. Lo hemos vivido tantas veces que yo creo que es algo que ya vemos como normal. Que yo no sé que es peor, dar un beso a un ciclista o aguantar un paraguas en medio del asfalto.
Me ha gustado mucho cómo lo planteas, porque no criticas a las chicas ni al ciclista, sino a la coreografía heredada. Eso que todos vemos y, por costumbre, ni nos cuestionamos.
Al final, ese beso no es un gesto de afecto, ni de admiración, ni siquiera de celebración. Es un guion.
Un gesto puesto ahí por tradición, por costumbre y por una estética del deporte que ya no tiene sentido con la mirada actual. No es maldad, no es machismo consciente, no es que alguien quiera incomodar a nadie. Es simplemente algo que se sigue haciendo porque siempre se hizo.
Pero llega un momento en que algo chirría.
No es un problema de besar o no besar. Es un problema…
Deberían probar a poner azafatos también. Me pregunto si en una competición femenina esa imagen se vería con normalidad. Hay tradiciones que pertenecen al pasado, que hoy en día no tienen sentido y razón de ser