Desde que empecé a fotografiar las calles de Hong Kong en 2013, no he parado de hacerlo. Según mis archivos, tengo más de 30,000 fotografías. La mayoría, debo admitir, son malas. Solo me han servido para mejorar, practicar y como entrenamiento. Pero al fin y al cabo, ¡más de 30,000 fotos son muchísimas fotos!
He fotografiado casi de todo: momentos en la calle, escenas tristes, humorísticas. También he capturado la luz y he creado proyectos como Ladies & Gentlemen, Ping Pong, The Animals, Tempus, Autorretratos, TETRIX, TAXI y algunos más. Pero debo decir que de las fotos que recuerdo y hablo del antes, durante y después del disparo, son de las fotos en las que he capturado escenas.
Recuerdo el antes y el después, de haber mirado por el visor o disparado desde la cadera. Recuerdo dónde hice estas fotos. ¿No es extraordinario? Sin embargo, hay otras fotos curiosas que he hecho y que, por su composición, luz, geometría, técnica, han quedado bastante bien, pero no me acuerdo ni cuándo las hice, ni del momento del disparo, ni dónde estaba.
Esto abre un debate muy interesante. Como sabes, la palabra fotografía significa "pintar con la luz", y hay muchos fotógrafos que son artistas, capaces de capturar buenos momentos y ajustar la luz de tal forma que queda una obra de arte. Pero, ¿se van a acordar el día de mañana de dónde hicieron la foto? ¿Se van a acordar del momento antes y después de haber pulsado el botón del obturador? Yo diría que no, especialmente si tienen decenas de fotos.
Ahora vamos con el significado de fotografía en japonés: Shashin, que significa "reflejar la realidad". Capturar estos momentos, aunque la foto no haya sido buena, hace (o por lo menos a mí) que te acuerdes del momento en que apretaste el botón, de qué te fijaste para hacerlo, cuando miraste y del momento después de la fotografía. Y esto es asombroso. No solo guardas en papel (foto) el recuerdo, sino que lo tienes en tu memoria. Es por esto que me gusta fotografiar momentos. Es por esto que me gusta la descripción en japonés, "reflejar la realidad", en vez de "pintar con la luz".
Porque, como ya te he dicho, aunque tenga buenas fotos habiendo hecho buen uso de la luz, no me acuerdo de haber hecho ninguna.
Mi Primera Foto Callejera
Esta fue la primera foto callejera que hice, y fue en Cebú, Filipinas, durante mi viaje de luna de miel. Como vemos, hay dos chicos que están jugando. El de la izquierda va a lanzar una chancla a unos botes de Coca-Cola que están fuera del encuadre, y el de la derecha está esperando a que lance la chancla, mirando a esos botes de Coca-Cola. Debo decir que la foto no es nada buena, pero le tengo muchísimo cariño porque me hizo ver que fotografiar escenas va a quedar grabado en tu memoria para siempre. Nadie me lo va a quitar. Siempre que vea esta foto, me acordaré de dónde estaba, del momento de antes, de cuando disparé y del momento después. Y nunca se me va a olvidar.Miguelitor
Conclusión
A través de los años, he llegado a valorar más las fotografías que capturan momentos auténticos y me transportan de vuelta al instante en que fueron tomadas. Prefiero las escenas que, aunque no sean técnicamente perfectas, me hacen recordar con claridad el antes, durante y después del disparo. Estas imágenes tienen un valor emocional incalculable y quedan grabadas en mi memoria de una manera que ninguna fotografía perfectamente compuesta puede lograr. En última instancia, la magia de la fotografía radica en su capacidad para preservar y evocar recuerdos, más allá de la simple estética.
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