Tu Cámara es un Arma. ¿Por Qué la Usas para Hacer Postales de Mierda?

La mayoría de las fotos que ves cada día son putos cadáveres. Imágenes bonitas, bien compuestas, técnicamente correctas... y completamente muertas. Son el resultado de una fotografía que ha olvidado su única puta misión: provocar, cuestionar, estar viva.

Hay un tipo, Nani Boronat, que en su libro La musa precoz lo clava. Nos recuerda que el pintor Joan Miró quería "asesinar a la pintura". No porque la odiara, joder. ¡Sino porque la amaba tanto que no soportaba verla convertida en una puta fórmula predecible! Ahí, todos pintando lo mismo, con los mismos colores y sin cojones

Pues bien, ha llegado el momento de que nosotros asesinemos la puta fotografía.

Eres un operario, no un fotógrafo.

Si para ti hacer una foto es "mirar y disparar", tengo malas noticias: no eres un fotógrafo. Eres un puto operario. Un técnico. Un funcionario que sigue las reglas que otros escribieron. La regla de los tercios, la exposición perfecta, el enfoque nítido... Pura mierda. Recetas de cocina para gente sin nada que decir.

Estamos ahogados en un mar de fotos correctas. Fotos que no ofenden a nadie, que no molestan, que no hacen pensar. Fotos hechas para el like fácil, para la aprobación rápida. Fotos que son el equivalente visual a la música de ascensor. Y tú, con tu cámara en la mano, un arma capaz de cambiar la forma en que la gente ve el mundo, estás contribuyendo a esa puta mediocridad.

"Asesinar" es la única forma de crear.

"Asesinar la fotografía" no significa coger tu cámara y estamparla contra el suelo, gilipollas. Significa asesinar la idea de lo que se supone que una foto debe ser.

Significa matar las reglas. Significa escupirle a la composición clásica si no sirve a tu puta historia. Significa reventar la exposición si con eso transmites una emoción. Significa desenfocar a propósito si el foco está en el puto sentimiento y no en el ojo del sujeto.

Asesinar es un acto de liberación.

Es dejar de ser un copista y empezar a ser un autor. Es el único camino para que de tus manos salga algo que no sea una puta postal. Algo que tenga sangre, que tenga cojones. Algo que esté vivo.

La rebeldía es el puto caballo ganador.

Pero da miedo. Joder, claro que da miedo. Da miedo porque las reglas te dan seguridad. Te dan un mapa. Romperlas es adentrarte en territorio desconocido, sin brújula. Es arriesgarte a que te llamen chapucero, a que no te entiendan, a que tu foto sea un "error" a los ojos de los putos funcionarios.

Pero como dice Boronat, la actitud rebelde es "una apuesta segura por el caballo ganador". La historia del arte no la escribieron los cobardes. La escribieron los que se atrevieron a romperlo todo. Los impresionistas, los dadaístas, los putos surrealistas... todos fueron asesinos a su manera. Y por eso hoy los recordamos.

El arte de verdad no nace de la comodidad. Nace de la puta herida, de la duda, de la rabia. Nace de la necesidad de decir algo que las reglas no te permiten expresar.

Así que te pregunto: ¿Qué cojones eres? ¿Un coleccionista de imágenes muertas o un creador de historias vivas? ¿Un seguidor de normas o un puto rebelde con el caballo ganador?