top of page

QUE SE JODA MANOLO (Y TUS QUEJAS TAMBIÉN)



ree

Mientras escribo esto, el cielo se está cayendo sobre Hong Kong.

Tifón número 18.

Llevamos ocho horas de apocalipsis.

Ojalá no le pase nada a nadie. De verdad.


Pero nosotros estamos bien.

Vivimos entre la montaña y la casa de mi amigo Manolo.

que el muy salao es de Leganés

Y toda la puta furia del viento se la está comiendo él.

Que se joda don Manuel


Esto no es lluvia. Es otra cosa.

Cada gota es un puto ladrillo. Y no caen.

Vienen de lado.

Como balas.

Como un enjambre de moscas de agua a 200 putos kilómetros por hora.

Las que te pillan de frente, al menos, las ves venir.


Por si acaso, ya le he pedido disculpas a mi mujer.

No vaya a ser que esta mierda sea culpa mía.

Ha aceptado,

pero ha sonreído de lado. La muy china.

He visto el puto sarcasmo asomando por la comisura de sus labios.

Sabe que soy un cagón.


El caso es que estamos bien.

Y no os preocupéis, que no es un "estamos bien" de compromiso.

Es un "estamos bien" de verdad.

En casa.

Con café caliente.

Arroz en el cuenco.

Una ducha que funciona.

E internet.


Y es ahí,

con el mundo rugiendo ahí fuera y el puto wifi funcionando aquí dentro,

cuando te das la hostia.

La hostia de realidad.


Somos unos putos afortunados.

No tenemos ni puta idea de lo que tenemos.

Y nos quejamos.

Joder, cómo nos quejamos.


Nos quejamos si el café está tibio,

si el metro tarda dos minutos,

si el jefe nos mira mal o si se nos acaba el aguacate.

Pura mierda.

Ruido.


Y mientras tú te cagas en todo porque se te ha ido la conexión,

me viene a la mente la desgracia de la DANA en España.

La gente perdiéndolo todo en un puto segundo.

Pienso en este mismo tifón barriendo Filipinas, donde las casas son de cartón y no hay un Manolo que haga de escudo.

Pienso en el pobre diablo al que esta tormenta le pilla en la calle.

Viviendo en ella.


Y nosotros aquí.

Seguros.

Calientes.

Quejándonos.


Nos quejamos sin motivo.

Nos quejamos para hacer ruido, para llenar el puto silencio de nuestras vidas cómodas.

Porque nuestros problemas son tan jodidamente pequeños que tenemos que gritarlos para que parezcan grandes.


Mientras tanto,

ahí fuera,

hay gente que daría todo lo que no tiene por tener uno solo de nuestros "problemas".


El ruido es el lujo de los que no tienen nada real por lo que gritar.

Y hoy,

con el viento aullando como un demonio, el silencio de mi puta gratitud resuena más fuerte que nunca.




 
 
 

2 comentarios

Obtuvo 0 de 5 estrellas.
Aún no hay calificaciones

Agrega una calificación
Orlandopics2024
24 sept
Obtuvo 5 de 5 estrellas.

Cuanta verdad en tus palabras. Eres un artista o al menos tienes arte en las manera en que expresas lo que sientes, enhorabuena.

Me gusta
Miguelitor
Miguelitor
25 sept
Contestando a

Muchas gracias por tus palabras Orlando!

Me gusta
bottom of page