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MANUAL PARA GANARSE UNA HOSTIA CON BARRO

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La calle era nuestro puto reino.

Y en un reino, o te aburres como una ostra o buscas una guerra.

Nosotros siempre buscábamos la guerra.


Calle Velázquez.

Un descampado que ya no existe, devorado por el cemento.

Y un charco.

Un puto charco de barro glorioso. Nuestra armería.


El objetivo: la fachada de un vecino.

El tío era un obseso del blanco. Un puto cirujano de la brocha que había dejado la pared tan pura que era un insulto.

Una invitación a gritos.


El plan era sencillo.

Esperar.

Agazapados como putas ratas.

Mi hermano, El Lagarto y yo.

El Lagarto mandaba. Tenía más cojones que nosotros dos juntos. Nosotros solo éramos la infantería.


Hicimos las bolas de barro.

Nuestra munición.

Sentíamos el tembleque en las manos. La risa nerviosa.

La puta electricidad del que sabe que va a desatar el caos.


El tipo acabó. Recogió sus bártulos con una pulcritud que daba asco.

Se metió en su casa, orgulloso de su obra.

Inocente.


FUEGO.


Salimos del escondite y soltamos la puta carga.

Tres o cuatro por cabeza.

Nueve, doce proyectiles de mierda contra la perfección.

El sonido sordo del barro contra la cal.

PUM. PUM. PUM.


Y después, la huida.

Corrimos con esa risa que solo tienen los críos cuando han hecho algo MALO de verdad.

La risa del que acaba de ganar una guerra que nadie sabía que se estaba librando.


A la mañana siguiente, de camino a la escuela, pasamos por allí.

Como se iba antes, andando, no en la puta burbuja de ahora.


Ahí estaba.

La pared, herida.

Manchada. Viva.

Y la mujer del vecino, hablando con otra, cagándose en la puta madre de algún niño.

Nosotros, por dentro, nos descojonábamos.


La risa duró hasta la puerta de casa.


Entramos.

Y ahí estaba.

La hostia.


Sin preguntas. Sin juicios.

Un bofetón para mi hermano.

Otro para mí.

Seco. Sonoro. Definitivo.


Alguien nos había visto. Alguien había cantado.

Daba igual.


Esa era la justicia de entonces.

Rápida. Dolorosa.


Y no había mensaje que entender.

Solo una puta lección que tragar.

 
 
 

2 comentarios

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Invitado
hace 4 días
Obtuvo 5 de 5 estrellas.

Buen relato-poema !


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Miguelitor
Miguelitor
hace 4 días
Contestando a

Muchísimas gracias!

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