La Lluvia Negra me Encierra en Casa. Y es una Puta Bendición.
- Miguelitor

- 5 ago
- 2 Min. de lectura

Creo que hoy me quedo en casa.
Y no, no es porque quiera. Es porque ahí fuera se está celebrando el puto fin del mundo. El gobierno lo llama "Black Rainstorm". Yo lo llamo "el día en que el cielo se caga encima de todos nosotros".
Lluvias torrenciales, inundaciones que convierten las calles en ríos de mierda, deslizamientos de tierra... Y el consejo oficial de las autoridades: "Quédense en sus putas casas a ver Netflix".
O a tocarte las narices, que viene a ser lo mismo pero sin la cuota mensual.
Al principio, mi cerebro de autónomo cobarde ha entrado en pánico. El primer pensamiento ha sido: "Joder. Hoy no facturo". La rueda del hámster, la puta productividad, el miedo a no generar.
Pero he tardado treinta segundos en darme una hostia de realidad.
¿Qué cojones va a ser esto un problema?
Un problema es no tener qué coño darle de comer a tu hijo. Un problema es que el médico te mire a los ojos y te diga lo que nadie quiere oir. Un problema es que tu único techo sea un puto cartón mojado por esta misma lluvia.
Me recuerda al chiste del que pierde al padre y otro se queja de que él ha perdido el boli.
Esto, quedarse en casa unas horas porque diluvia, no es un problema. Es una puta bendición disfrazada de catástrofe.
Hoy no es que no facture.
Hoy libro.
Today book que se diría en inglés
Hoy el puto universo me ha regalado el día libre. Hoy tengo permiso para estar en casa.
Para estar con Winnie.
Para estar conmigo.
Para no hacer nada o para hacerlo todo.
Para leer, para pensar, para rascarme los cojones con la solemnidad de un monje budista, a dos manos.
Así que no. Hoy no hay fotos. Hoy no hay estrés. Hoy no hay prisas.
Mis clientes hoy no me ven el pelo. Que llamen mañana.
Hoy, el mundo puede ahogarse ahí fuera.
Yo estoy en el puto arca de Noé, y dentro se está de puta madre.
A veces, la mejor foto es la que no haces.







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