La Fotografía Callejera: Un Acto de Contemplación
- Miguelitor

- 1 ago
- 3 Min. de lectura
A la mierda la palabra contemplación en fotografía callejera.
Esa palabra suena a un puto monje budista levitando en una montaña. Suena a paz, a silencio, a estar por encima del bien y del mal. Y la calle no es eso. La calle es ruido, es hostilidad, es una puta guerra de estímulos luchando por un trozo de tu cerebro.

Y en mitad de esa guerra, estás tú. Y tus ojos. Y tienes que saber una cosa: tus ojos son unos putos vagos. Unos clasistas de mierda.
Están entrenados desde que naciste para ser eficientes, para descartar. Ignoran el 99% de lo que les rodea porque no es "relevante" para tu supervivencia. La sombra perfecta, el color de un vestido que rima con el de un taxi, la arruga de una mano que cuenta una puta enciclopedia... A tus ojos todo eso se la suda. Es ruido. Basura visual.
Y entonces, joder, entonces coges la cámara para observar
Tu Cámara no es una Herramienta. Es un Puto Electroshock.
Cuando sostienes esa máquina, algo cambia. No es que "te invite a detenerte". ¡No, joder! Te obliga.
Ese visor es un puto campo de concentración para tu mirada. La obliga a quedarse quieta, a centrarse, a dejar de ser una puta vaga y empezar a trabajar.
La cámara es el puto electroshock que despierta a tus ojos comatosos. De repente, esa sombra que antes era una mancha insignificante se convierte en un personaje. Esa vecina que chilla todas las mañanas se convierte en tu Julieta. Esa expresión fugaz que duró medio segundo se convierte en la puta eternidad.
No estás encontrando "poesía en lo ordinario". Estás declarándole la guerra a la ceguera de tu propia mente. Estás forzándote a ver. Ya lo dijo Dorothea Lange, "La cámara es un instrumento que enseña a la gente a ver sin cámara"
El "Instante Decisivo" es una Puta Recompensa, no un Milagro
Y luego viene Cartier-Bresson, que en paz descanse, y todos los loros a repetir lo del "instante decisivo" como si fuera un puto mantra sagrado.
Como si fuera un rayo divino que te cae encima si tienes suerte.
¡A la mierda!
El instante decisivo no es un regalo.
Es la puta recompensa.
Es la consecuencia inevitable de haber estado mirando de verdad. Es el final de un proceso. Has estado leyendo la luz, has estado anticipando el movimiento como un puto depredador, has estado sintiendo el ritmo de la escena, ves a tu vecina que chilla,la Julieta que te he comentado antes y cuando todos los elementos por fin encajan, no es magia. Es que tú ya estabas ahí, esperándolos, con el puto cuchillo entre los dientes. Te has anticipado. Anticipación amigo fotógrafo. Análisis y Anticipación!!!
El clic no es una declaración de que algo "merece ser visto". Es un puto grito de victoria. Es tu "¡JODER, LO TENGO!". Es el orgasmo después de una seducción que ha durado minutos.
Tu Cámara no es una Ventana. Es un Puto Espejo.
Y aquí viene la hostia más gorda. La que lo cambia todo.
Creemos que la cámara es una ventana para mirar el mundo. Falso o al menos a mí me lo parece
La cámara es un puto espejo.
No fotografías lo que ves. Fotografías lo que eres o al menos deberías.
¿Te pasas el día fotografiando gente sola? No estás documentando la soledad de la ciudad; quizás estés proyectando tu propia puta soledad. ¿Te atraen los gestos de rabia, de ternura, de caos? No es la calle la que te habla. Eres tú, reconociendo tus propias emociones en la cara de un desconocido.
El arte de mirar no es solo hacia fuera. Es una puta introspección brutal. Cada vez que encuadras, te estás preguntando: "¿Por qué coño me importa esto? ¿Qué parte de mí está vibrando con esta escena?". La calle es el puto diván y la cámara es el terapeuta salvaje que te obliga a responder.
Así que no, la fotografía no es una "celebración de la vida". Es una puta confrontación. Una batalla contra tu propia ceguera y una conversación a gritos con tu propio fantasma.
La próxima vez que salgas, no salgas a "fotografiar", Sal a que la puta calle te revele quién coño eres. Entrena tu mirada no para encontrar belleza, sino para encontrarte a ti. El resto, la foto cojonuda, vendrá sola.







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