Fotografiando en el Victoria's Secret del Transporte Público

Me gusta coger el metro.

No como placer ni ilusión, conste. Me la suda el puto viaje. Lo cojo porque voy más rápido que en chanclas y, lo que es más importante, porque fotografío.

Y ya sabes que hago fotos para mí, me importa una puta mierda si a ti te gustan o no.

El metro de Hong Kong es eficiente como la madre que lo parió. Cada minuto tienes un tren. Pero lo que te jode la cabeza es el olor. Las estaciones huelen a El Corte Inglés. No hay ni rastro de esos olores a alcantarilla de Madrid, para qué nos vamos a engañar.

Cada vez que bajas las escaleras en Madrid, un olor a tubería atascada te desatasca la nariz. Aquí, cada vez que entras a una estación, tienes un puto felpudo. Es el Victoria's Secret del transporte público. Huele como huelen las nubes. Como huele el puto color rosa.

Me estoy yendo de la tangente, como siempre.

El caso es que en este paraíso aséptico, en este escenario impoluto, yo saco mi cámara. Y me pongo a cazar.

Busco contrastes entre personas.

Gordos vs flacos.

Calvos vs cabrones suertudos a los que la vida les ha dado pelo.

Altos vs bajos.

Contradicciones por pura apariencia.

Es mi manera de entender el puto zoológico humano.

Pero ahora que me ha dado la neura de fotografiar el color... la caza ha cambiado. Ahora pongo un color como escenario. Y en ese puto escenario, tiene que haber un actor. Siempre.

El color es el fondo del teatro. Pero sin un protagonista, es solo una puta pared pintada.

Como en la foto de la entrada.

Mírala bien.

El escenario es obvio.

Pero esto no va del escenario.

Va de los actores.

Así que te pregunto, a ti, que estás al otro lado.

¿Sabes quiénes son los actores aquí y por qué?

La respuesta no está en ningún manual de fotografía. Está en saber mirar la puta obra. Si quieres aprender a montar estos pequeños teatros en cualquier sitio, de eso hablamos en la comunidad.

A buscar actores, cojones.

Miguelitor