De Torero a Francotirador: Mi Puta Guerra con el Color
- Miguelitor

- 6 ago
- 2 Min. de lectura

Estoy cogiéndole el gusto a esta mierda de fotografiar el color. Y creo que es porque me obliga a salir de mi puta zona de confort.
Pero que nadie se equivoque.
Fotografiar en blanco y negro no es cómodo.
Nunca lo ha sido.
El blanco y negro es mi territorio, que es distinto.
En grises, soy el puto amo de la finca. Conozco cada rincón, cada sombra, cada textura. Es mi idioma.
El verdadero reto, lo que me es más jodido, es obligar al color a hablar mi puto idioma. Que se adapte a mi personalidad.
Y yo soy un torero.
Soy el puto Jose Tomás de la fotografía.
No por bueno, sino por descerebrao
Me acerco tanto a la escena que puedo oler si el cabrón de la foto ha desayunado café o té.
No es ni mejor ni peor ser así. Es como soy.
Con los grises soy Romario en el área esperando el balón a un metro para fusilar al portero.
Soy Fernán Gómez en el teatro, escupiendo la verdad a la primera fila.
Soy cojones, regates cortos e improvisación.
Cerca.
Putamente cerca.
Y entonces llega el color y lo manda todo a la mierda.
De repente, ya no solo me fijo en la apariencia física que contrasto cuando fotografío en grises. Ahora, además, busco que un puto color que declare la guerra a otro.
¿Es más difícil?
No.
Es diferente.
Con el color puedo fotografiar de más lejos. Ya no necesito estar en el aliento de la gente.
Me convierto en una especie de francotirador.
Y aunque la distancia parece más fácil, es más jodido encontrar una puta escena que no sea un puto cliché.
Escenas de colores hay a patadas, claro.
Pero no quiero que se repitan.
Me niego a que mis fotos sean parte de esa fosa común que es Instagram, donde todos los paraguas rojos y las paredes azules son el mismo puto eco de la nada.
Creo que me viene bien este cambio.
No por nada.
Sino para seguir mejorando en este bonito y jodido arte de observar.
Para no apoltronarme.
Para que el ojo no se me oxide.
No se trata de cambiar quién soy.
Un torero siempre será un torero.
Se trata de aprender a matar desde otra distancia.
Si quieres aprender a pelear tus propias batallas en la calle, en vez de copiar las de otros, de eso hablamos en la comunidad.
A la guerra, cojones.
Miguelitor







Comentarios