15 años en Hong Kong y no hablo cantonés
- Miguelitor

- 11 nov
- 2 Min. de lectura

11 de Noviembre
15 años que aterricé en Hong Kong .
Y no, no hablo cantonés.
Sé decir "catorce". Y sé decir "no me toques los cojones".
Lo justo para apostar y para mandar a la mierda a quien se lo merezca.
El resto del tiempo estaba ocupado.
Ocupado cantando en restaurantes para pagar un alquiler de mierda.
Ocupado mintiendo para llevarme un plato caliente a la boca.
Ocupado diciendo lo que no pensaba para que me dejaran en paz.
He vaciado botellas hasta verle la cara a dios. O al diablo, qué más da.
He repartido hostias. Y me las han devuelto.
He acabado en calabozos.
Y he estado hospitalizado tres veces.
He mentido y lo he confesado.
He follado en camas que no eran mías.
He bailado como un loco y he gritado hasta quedarme sin voz.
Me casé.
Y casi lo reviento todo por ser un puto desastre.
Hasta que aprendí a callar. Y a remar.
A comportarme
Monté una empresa para enseñar a hablar a bebés.
He enseñado español, fotografía y a chutar un balón.
He creado negocios que eran pura ruina.
Me he hundido. Y he vuelto a salir a flote.
Una y otra vez.
Me han visitado mis amigos. Los de verdad.
Y alguna mujer de paso.
He perdido a mi hermano a diez mil kilómetros.
A mi cuñado.
Y he llorado en el único idioma que conozco para eso: el de los putos nudillos contra la pared.
Por eso ahora, cada mañana, me levanto y voy a la guerra.
Entreno.
Nado en agua fría.
Ajedrez.
Todos. Los. Putos. Días.
Es la armadura. Si paras, te matan.
Vine aquí con 300 euros prestados y dos trajes que me bailaban.
Ahora voy a cumplir 50.
Pero este año cumplo uno menos.
Y aquí sigo.
En pie. Fuerte.
Más guapo que nunca, aunque te descojones.
Sin vicios, con la cabeza clara y el cuerpo listo.
Gano menos, pero tengo mucho más.
Así que no, no hablo cantonés.
No tuve tiempo.
Estaba demasiado ocupado VIVIENDO.
Y a esta puta ciudad no se le dan las gracias.
Se la mira a los ojos.
Y se le dice:
Dame otros quince.
A ver si tienes cojones de tumbarme esta vez.







Bueno, bueno… qué decir.
El Rocky Balboa de Hong Kong.
El hombre que fue a enseñar a hablar a bebés y volvió hablando con los dioses.
Has sobrevivido a todo: al alquiler, al karaoke, a la resaca y al capitalismo oriental.
Y lo cuentas con la épica de quien cruzó el Himalaya en chancletas y volvió con un máster en resiliencia poética.
Lo de “no hablo cantonés” me ha llegado al alma.
Claro, para qué aprenderlo, pudiendo comunicarte en el idioma universal del drama existencial y los nudillos sangrando contra la pared.
Seguro que los de Hong Kong te entienden solo con verte andar en cámara lenta por el puerto.
Eso sí, admito que la frase final es de película:
Así te quiero ver, levantándote cada mañana, entrenando cada día, más guapo que nunca y sin vicios (alguno bueno sí que se puede) ¡Vamos a por 15 años más!
Adicto a tus relatos, y sí, a mí me molan con palabrotas!!!
Joer tío, de qué manera tan buena has resumido 15 años!!, qué talento tienes para narrar!!!