Meron y Wala: El mundo de las peleas de gallos en Manila
- Miguelitor

- 24 feb
- 3 Min. de lectura
En diciembre de 2019, participé en un taller de fotografía documental en Manila, Filipinas. Durante mi estancia, tuve la oportunidad de explorar un tema tan fascinante como controvertido: las peleas de gallos. Este blog es un reportaje gráfico sobre este mundo, dividido en 8 partes que corresponden a las etapas de mi proyecto fotográfico.

PARTE 1: Gallos en la calle

En Manila, los gallos están por todas partes. Puedes encontrar niños con gallos, gallos con niños, gallos atados, personas atadas a sus gallos. Están en las vías del tren, en la orilla del mar, en la basura. Los ves siendo transportados en motocicletas, en jaulas o simplemente sueltos por las calles. Algunos son cuidados como auténticos tesoros, otros parecen abandonados. En cualquier rincón, los gallos son un elemento omnipresente de la vida cotidiana.
PARTE 2: El entrenamiento

Es común ver a las personas entrenando a sus gallos, enfrentándolos entre sí. Este entrenamiento busca despertar y afinar la agresividad necesaria para el combate. Los gallos son observados con atención, mientras sus dueños esperan que desarrollen el instinto que les permitirá sobrevivir y ganar en el coliseo.
PARTE 3: El coliseo

Dentro del coliseo, el ambiente es electrizante. Gritos, voces, risas nerviosas y caras de frustración o euforia llenan el espacio. Algunos asistentes están devastados porque su gallo ha perdido, ha muerto. Otros saltan de alegría porque su gallo ha ganado y sigue en la pelea aunque morirá. Hay sangre, plumas y una tensión casi palpable en el aire. Es un espectáculo que mezcla tradición, emoción y brutalidad.

PARTE 4: Las apuestas

"Meron" o "Wala", esas son las palabras que más se escuchan en el coliseo. "Meron" es una esquina, "Wala" es la otra. No importa qué gallo esté en cada lado; las estadísticas dicen que las probabilidades son de un 50%.
Los gritos son ensordecedores, pero detrás de este caos hay un sistema organizado. Los apostadores identifican quién apuesta la misma cantidad que ellos por el bando contrario, y los corredores de apuestas (bookies) se encargan de las apuestas más grandes. Pero cuando empieza la pelea, el bullicio se convierte en un silencio casi religioso. Todo el mundo contiene el aliento.

PARTE 5: La pelea


Con una espuela de acero de unos 10 centímetros atada a una de sus patas, los gallos luchan hasta la muerte. La pelea no suele durar más de un minuto y medio. Al menos uno de los gallos terminará muerto, y si el otro sobrevive, quedará gravemente herido.
El juez interviene cuando uno de los gallos no quiere continuar, lo cual ocurre a menudo si ya ha peleado antes y no desea pasar por otra agonía. Finalmente, un gallo colapsa. El cuchillo de su oponente ha puesto fin a su vida.
PARTE 6: El perdedor


El gallo perdedor muere. Se le quitan las plumas, se le retira la espuela y se le coloca un número para que su dueño lo recoja. Esa misma noche, el gallo será el plato principal en la cena de la familia.
PARTE 7: El ganador


Aunque el gallo ganador ha sobrevivido, no se puede decir que haya salido ileso. Ha perdido mucha sangre y está al borde de la extenuación. Un pequeño "cirujano" lo espera con su equipo de primeros auxilios: tres bolígrafos negros, una cinta blanca, un cortador de uñas, pastillas de Nolotil para gallos, cuatro gasas y papel recortado. En menos de tres minutos, lo suturan y lo preparan para la próxima pelea, que comenzará en breve. Le queda poco para morir
PARTE 8: El verdadero ganador

El verdadero ganador no es el gallo, ni siquiera su dueño, sino aquellos que logran acumular los premios más grandes. Las recompensas para los gallos más letales y rápidos pueden ser impresionantes:
Si tu gallo mata a todos sus oponentes durante la ronda:260,000 pesos (aproximadamente 4,500 euros).
Si tu gallo es el más rápido en matar:Una motocicleta Econo 500 y un televisor de 32 pulgadas.
Los premios más grandes incluyen SUV, 15,000 euros en efectivo, gallos entrenados, motocicletas y dinero suficiente para amueblar una casa.
Reflexión final

Este es un mundo tan impactante como complejo, una tradición profundamente arraigada en la cultura filipina que combina violencia, rituales y emoción. Aunque las imágenes y las historias puedan incomodar, retratan una realidad que merece ser documentada y comprendida desde múltiples perspectivas.





























































































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