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Hoy quiero hablar de uno de los libros que tengo en mi casa, es una joya que compré barato de segunda mano en una tienda de antigüedades que pasé por casualidad porque me caía el diluvio universal, de no haber llovido como llovía ese día, ni tengo este libro ni conozco a Lyalya Kuznetsova Uralsk, Kazajstán 1946, Hija de una familia tártara de medios modestos, musulmana, ingeniera aeronaútica, madre, esposa y fotógrafa. En su memoria quedaron los recuerdos de infancia de aquellos gitanos que veía desde el patio de su tía, con genuina curiosidad, observaba desde una pequeña ventana del pajar el ir y venir de estas personas con sus caravanas, música y niños. Ya siendo adulta y habiendo dejado la ingeniería para adentrarse en el poco remunerado mundo de los fotógrafos, iba con su hermano en el coche y se desviaron por una carretera llena de baches, rectas infinitas y campo a ambos lados, mirando por uno de estos lados vieron esas caravanas que tanto le intrigaba desde que era pequeña, eran los gitanos, pararon el coche, ella cogió su cámara y se adentraron a su encuentro con nervios, sonrisa de domingo y una idea fija aún sabiendo que estas personas eran algo difícil. Quería fotografiarles.
A su encuentro llegaron decenas de niños corriendo, (los niños niños son hasta en los Urales) que ella empezó a fotografiar mientras se acercaba al improvisado poblado donde apreció que aquella gente no era tan difícil. Música de acordeón, vino en cerámica, perros escurríos, palomas, gatos todos revueltos y cerca de los corros donde los niños cantaban y jugaban, tabaco en boca, fruta pan y cordero dentro de una tienda con función de comedor social, flautas, cajas de madera, relinches de caballo, cubos de cinc con jabones, telas, guitarras, armas de fuego, vestidos de novia, zapatos sin calzar, pavos reales, novios, muñecas, espectáculos circenses, penas, dolores y más música, recién nacidos varios, patos en la cazuela, peleas de niños, miradas tristes, alegría, mucha alegría de estos gitanos de las estepas rusas. Quince años, 3 quinquenios fotografindo a los gitanos en los Urales, Odessa, Kazán, Uzbekistán, Turmenistán,
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ENGLISH
Today I want to talk about one of the books I have in my house, it is a jewel I bought cheap second-hand in an antique shop that I passed by chance because the universal deluge was falling on me. Had it not rained as it did that day, I would not have this book nor would I know Lyalya Kuznetsova (Uralsk, Kazakhstan 1946), daughter of a Tatar family of modest means, Muslim, aeronautical engineer, mother, wife and photographer. Her childhood memories of the gypsies she saw from her aunt's courtyard remain in her memory. With genuine curiosity, she watched from a small window in the hayloft the comings and goings of these people with their caravans, music and children. As an adult and having left engineering to enter the poorly paid world of photographers, she was in the car with her brother and they turned off onto a road full of potholes, endless straights and fields on both sides, looking down one of these sides they saw those caravans that had intrigued her so much since she was little, they were the gypsies, they stopped the car, she took her camera and went to meet them with nerves, a Sunday smile and a fixed idea even though she knew that these people were something difficult. She wanted to photograph them.
Dozens of children came running to meet her, (children are children even in the Urals) and she began to photograph them as she approached the makeshift village where she realised that these people were not so difficult. Accordion music, wine in pottery, scurrying dogs, pigeons, cats all jumbled together and near the circles where the children sang and played, tobacco in mouth, fruits, bread and lamb inside a tent that functioned as a canteen, flutes, wooden boxes, horse whinnies, zinc buckets with soaps, clothes, guitars, firearms, wedding dresses, shoes without shoes, peacocks, brides, grooms, dolls, circus shows, sorrows, pains and more music, various newborns, ducks in the pot, children's fights, sad looks, joy, a lot of joy of these gypsies from the Russian steppes. Fifteen years, 3 five years photographing gypsies in the Urals, Odessa, Kazan, Uzbekistan, Turkmenistan