¿Qué es la fotografía? Una reflexión polémica para ti, fotógrafo
- Miguelitor
- 10 abr
- 3 Min. de lectura
Hola, fotógrafo.
Vamos a hablar claro: la fotografía no se trata de apretar un botón ni de tener el último modelo de cámara. Si crees que una cámara cara hará que tus fotos sean mejores, estás equivocado. No importa si disparas con una Leica, una Canon de 5.000 euros o con tu móvil. Si no tienes ideas, si no tienes intención, tus fotos seguirán siendo vacías.
Porque, al final, la cámara no hace al fotógrafo. El fotógrafo hace a la cámara.

¿Tus fotos gustan o no? A quién le importa
Vamos a ser realistas: la fotografía es un arte subjetivo. Habrá personas que amen lo que haces, que lo entiendan, lo admiren y lo compartan. Y habrá otras que lo odien o que simplemente no lo entiendan. Y, ¿sabes qué? No pasa nada.
No eres el mejor fotógrafo, pero tampoco eres el peor. Este no es un concurso ni una carrera para ver quién acumula más likes o seguidores en Instagram. Eso no define tu valor como fotógrafo. Lo que lo define es tu capacidad de mirar, de contar una historia, de transmitir algo. Si tus fotos no conectan con todos, ¡perfecto! El arte no está hecho para complacer a todo el mundo.
Así que deja de preocuparte por si le gustas a otros y empieza a preocuparte por si tus fotos te gustan a ti.
La cámara es tu voz, pero ¿qué estás diciendo con ella?
¿Sabes lo que me molesta? Ver a gente obsesionada con hablar de cámaras, sensores, objetivos y megapíxeles, como si eso fuera la clave para hacer fotos increíbles. Déjame decirte algo: puedes tener la mejor cámara del mundo y seguir haciendo fotos mediocres.
Porque lo importante no es el equipo, sino lo que haces con él. Tu cámara es tu voz, tu opinión. ¿Qué estás diciendo con tus fotos? Si no tienes nada que contar, tu equipo no importa. Puedes tener una cámara de juguete o una de gama alta, pero si no hay intención en lo que haces, el resultado será igual de vacío.
La fotografía no es disparar sin ton ni son. Es detener el tiempo con propósito, con intención. Si no tienes claro por qué estás apretando el obturador, entonces no estás haciendo fotos: estás acumulando imágenes sin alma.
La creatividad no tiene excusas (ni culpables)
¿Te has dicho alguna vez algo como "no puedo hacer buenas fotos porque no tengo buen equipo"? Si es así, déjame ser honesto contigo: eso es solo una excusa barata.
La creatividad no tiene límites, salvo los que tú mismo te impones. No necesitas una cámara cara, ni un estudio, ni una locación perfecta. Lo único que necesitas es tu mirada y tus ganas de crear. Si no estás haciendo fotos interesantes, no culpes al equipo ni a las circunstancias. El problema no está fuera, está dentro de ti.
El error más grande que puedes cometer como fotógrafo no es usar el equipo equivocado, ni disparar con mala luz. El error más grande es no disparar. Cada clic, aunque sea un error, es una lección. Cada foto que tomas, incluso las imperfectas, te acerca a entender quién eres como fotógrafo.
Tus fotos no serán perfectas (y eso es genial)
Si estás obsesionado con que todas tus fotos sean perfectas, tengo una mala noticia para ti: la perfección no existe. Y, aunque existiera, no debería ser tu objetivo.
¿Sabes por qué? Porque las fotos perfectas son aburridas. Son frías. No cuentan historias. Las fotos más memorables, las que realmente impactan, no son perfectas técnicamente, pero tienen algo mucho más valioso: emoción, intención y significado.
Así que deja de preocuparte por si tus fotos son perfectas o no. Preocúpate por si cuentan algo. Porque, al final, una foto "imperfecta" que transmite algo siempre será más poderosa que una foto técnicamente perfecta que no dice nada.
Conclusión: La fotografía es para los valientes
La fotografía no es para los que tienen el mejor equipo ni para los que buscan la aprobación de los demás. La fotografía es para los valientes. Para los que se atreven a mirar el mundo de una forma diferente, para los que no tienen miedo de cometer errores, para los que están dispuestos a disparar sin preocuparse por la perfección.
Así que aquí va mi mensaje final:
Deja de buscar excusas. El equipo no es el problema, tú lo eres.
No temas equivocarte. Cada error es una lección.
Haz las fotos que a ti te gusten. No necesitas la aprobación de nadie más.
Y, sobre todo, recuerda: la fotografía es un reflejo de ti. Usa tu cámara para mostrarle al mundo cómo lo ves, cómo lo sientes y cómo lo entiendes. No se trata de ser el mejor o el peor. Se trata de ser auténtico.
Dale duro!
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