La fotografía callejera es un acto de rebeldía
- Miguelitor
- 14 jun
- 1 Min. de lectura

La fotografía callejera es un acto de rebeldía
Fotografiar la calle no es un hobby.
Es gritarle al tiempo: "¡No te lo vas a llevar todo!"
Es mirar lo cotidiano y decir: "Esto importa. Esto merece ser inmortal."
Cada vez que disparas, estás congelando momentos que en unos segundos dejarán de existir.
Esa luz en la esquina, ese perro cruzando la calle, esa sonrisa fugaz entre desconocidos.
Todo eso se perderá, excepto si tú decides salvarlo.
Pero seamos claros: si disparas sin pensar, no estás fotografiando. Estás desperdiciando tu cámara.
La fotografía callejera no es apretar el obturador como loco; es observar, anticiparte y capturar el instante perfecto.
Es convertir lo mundano en arte.
Tus fotos no son solo para ti. Son para los que vienen detrás.
Para que, dentro de 10, 20 o 50 años, alguien mire tus imágenes y diga:
"Así era el mundo."
Tus disparos son cápsulas del tiempo, legados que desafían al olvido.
Así que sal, dispara, pero hazlo con intención.
Porque fotografiar la calle no es un pasatiempo; es el arte de hacer eterno lo inevitable.
Comments