Siempre he sido un puto mentiroso, pues.

Siempre he sido un puto mentiroso.

Y gracias a una mentira que le colé a una niña, hoy, 30 años después, sigo escribiendo.

Las palabras son mi puta ganzúa.

El entrenamiento empezó a los 14.

Teletexto. Cartas a finlandesas que no vería en mi puta vida.

Luego las notitas en clase.

Con las que me gustaban, pos claro!

Calentamiento. Pura mierda.

Hasta que llegó el viaje de fin de curso.

Mallorca.

Tenía tres objetivos.

Una: no vino.

Dos: tenía dueño.

Tres: me dio un capotazo de torero caro.

Me enamoro rápido. Es una puta enfermedad.

Una sonrisa y ya estoy escogiendo la sortija.

Y entonces, el ascensor.

Empapado, gorro de paja verde y mi amigo Tomasz al lado.

Justo cuando la puta puerta se iba a cerrar, entrasteis.

Tres. Más pequeñas.

Carne de asaltacunas.

Con ese acento maño pues.

Y tú.

No hubo tiempo para pensar.

Solo para actuar.

Les solté la puta película de mi vida en un segundo: que si mi padre alemán, que si yo bilingüe, que si este era mi primo Tomek de visita y colado en el viaje.

CON DOS COJONES.

El cabrón de Tomasz daba el pego.

Alto, con ese nido de pelo frondoso. Te dicen que es alemán y te lo crees.

Pero era más polaco que el puto Lewandowski.

Me miró como si me hubiera dado una embolia.

Y aguantó el tipo.

Su terraza daba a la nuestra.

Y yo, de repente, era un intérprete de mierdas inventadas.

Él me respondía en polaco.

Yo me lo inventaba

Y tú te lo tragabas.

Contarle una mentira a una niña de 14 no tiene mérito.

El mérito es regarla.

Mantenerla viva durante años a base de cartas.

Y en ese proceso, pasó lo inevitable.

Joder, claro que me enamoré.

Te lo dije. Con el puto miedo metido en los huesos.

Y te uniste a la lista.

La lista de las que se fueron con otro.

El puto campeón nacional de los amores imposibles.

Vanesa, estás leyendo esto.

Y no, esto no es otra puta historia de amor fallido.

Esto es una confesión.

Aquel ascensor no fue un teatro.

Fue el puto kilómetro cero.

Gracias a ti entendí que para escribir de verdad no basta con tener un boli.

Hay que tener una historia.

Y si no la tienes, TE LA INVENTAS.

CONSTRUYES UN PUTO UNIVERSO ENTERO SI HACE FALTA.

Los otros se fueron.

Los amores se pudren.

Las mentiras se olvidan.

Pero a ti... a ti todavía te tengo.

Ole pues!

Así que a la mierda el brindis de amistad.

Tú no eres una amiga.

Eres la puta piedra fundacional.